Acá si no se consigue una buena chamba por el diario se consigue por intermedio de una buena “vara”. Es decir, alguien que te dé un empujoncito para entrar a ese codiciado trabajo con el suculento sueldo correspondiente.
Cuando uno es más joven y no tiene un “rumbo” fijo en la vida -creo que muchos como yo aún no lo tienen- tratan de buscar un "cachuelito" que lo saque de apuros con la enamorada de turno que se pone exigente, sobretodo, los fines de semana. Casi siempre recurrimos al viejo para saber si conoce a algún amigo para que nos consiga un trabajito. Es decir, usamos “la vara” para obtener nuestros objetivos. Algo suave sin mucha exigencia, total “Mandadero no voy a ser toda la vida”. Ya uno se da cuenta que sin dinero no vale nada y la flaca, que es mucho más exigente en el verano, se entusiasma por ir en carro a la playa. Carro que obviamente no se tiene.
Estando en la la universidad uno busca las ansiadas prácticas. Los trabajos más negreros son los que se consiguen cuando uno estudia. Te demandan que des el 200% pero con el estómago vacío y muchas cuadras recorridas a pie. Derecho de piso como le dicen. Un piso demasiado caro. Me parece injusto que solo den para el pasaje en micro. Las llamadas prácticas profesionales no deben ser un suplicio, de ningún modo, pero acá, en Perú, pasa de todo y todo se permite. Claro que si tienes una buena “vara”, conseguirás que te paguen el sueldo mínimo.
Pasó el tiempo e hiciste buenas migas con algunos colegas de otras empresas y te pasan la voz para un mejor trabajo. Es el inicio de la carrera, de un mejor sueldo y una enamorada que labora, en el mejor de los casos. Con “la vara” de un amigo lo lograste.
Cuando uno es más joven y no tiene un “rumbo” fijo en la vida -creo que muchos como yo aún no lo tienen- tratan de buscar un "cachuelito" que lo saque de apuros con la enamorada de turno que se pone exigente, sobretodo, los fines de semana. Casi siempre recurrimos al viejo para saber si conoce a algún amigo para que nos consiga un trabajito. Es decir, usamos “la vara” para obtener nuestros objetivos. Algo suave sin mucha exigencia, total “Mandadero no voy a ser toda la vida”. Ya uno se da cuenta que sin dinero no vale nada y la flaca, que es mucho más exigente en el verano, se entusiasma por ir en carro a la playa. Carro que obviamente no se tiene.
Estando en la la universidad uno busca las ansiadas prácticas. Los trabajos más negreros son los que se consiguen cuando uno estudia. Te demandan que des el 200% pero con el estómago vacío y muchas cuadras recorridas a pie. Derecho de piso como le dicen. Un piso demasiado caro. Me parece injusto que solo den para el pasaje en micro. Las llamadas prácticas profesionales no deben ser un suplicio, de ningún modo, pero acá, en Perú, pasa de todo y todo se permite. Claro que si tienes una buena “vara”, conseguirás que te paguen el sueldo mínimo.
Pasó el tiempo e hiciste buenas migas con algunos colegas de otras empresas y te pasan la voz para un mejor trabajo. Es el inicio de la carrera, de un mejor sueldo y una enamorada que labora, en el mejor de los casos. Con “la vara” de un amigo lo lograste.
Al parecer en ciertos países esta práctica se acabó. En Japón si acudes a una entrevista de trabajo, una de las primeras preguntas que deberás contestar será cuál es tu grupo sanguíneo. Y no es que busquen donantes. Para los nipones el tipo de sangre define nuestra personalidad.
(Tomado el 2 de febrero de Muy Interesante) “Según los japoneses, los del grupo sanguíneo A son perfeccionistas pero demasiado ansiosos. Los del grupo B son alegres, excéntricos y egoístas. Los 0 son curiosos, generosos y testarudos. Y los AB son creativos, misteriosos e impredecibles. Lo malo es que, aunque tiene tan poco sentido como el horóscopo, la mayoría de los japoneses parecen creerlo a pies juntillas. Incluso el primer ministro Taro Aso le ha dado suficiente importancia para hacer público en Internet que él pertenece al grupo A, mientras que el líder de la oposición, Ozawa, es “un B”.
Y aún hay más. Cuatro de los diez libros más vendidos en 2008 en Japón estaban dedicados a cómo el grupo sanguíneo (ketsueki-gata) determina la personalidad. La obsesión ha llegado a las agencias matrimoniales, que hacen test de compatibilidad sanguínea a sus clientes; a los departamentos de recursos humanos, que tienen en cuenta el tipo sanguíneo a la hora de aceptar o rechazar a un candidato; e incluso a muchos jardines de infancia, donde se separa a los niños según su grupo sanguíneo. Hasta los personajes de videojuegos tan populares como Resident Evil o Final Fantasy incluyen en su perfil el tipo sanguíneo. “Podríamos estar ante un nuevo tipo de discriminación”, alerta Junichi Wadayama, del Ministerio de Salud, Bienestar y Trabajo nipón, que asegura que los problemas que empiezan a aparecer se parecen mucho a los planteados por el racismo.”
“Con la misma vara que mides serás medido”, dice el viejo adagio. Acá estamos en el país de las maravillas, así que no se preocupen.
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