Cada vez que se acerca mi cumpleaños, siempre surge la bendita pregunta de algún entusiasmado amigo ¿Qué es lo que vas a hacer para tu cumple? Y bueno de esa pregunta surge la eterna respuesta ¡mmm… no tengo planeado nada aún!
Y es que a veces me siento en aprietos para hacer alguna reunión en la casa o en otro lugar. Pero, definitivamente, que hacerlo en un local implica varios beneficios. Como ahorrarte la molestia de limpiar la casa y de estar ocupado toda la noche atendiendo a las visitas dejando de lado tu propia diversión. Recientemente asistí al cumpleaños de una amiga. Hubo una gran convocatoria porque iba a cumplir la edad de Cristo cuando murió en la cruz. Y creo que el martirio que sufrió “El Salvador”, le quedó chico porque en toda la noche ni se le vio a mi amiga, y si se le vio, fue en algún rincón limpiando el líquido que alguien tiró o el vaso que otro rompió o la botella de cerveza con todo su contenido. Y claro, algún regalito que alguien dejó en el baño, mezcla naranja con restos de pollito del ají de gallina en el borde de la tasa del water. Es decir, desastre total. Por eso me tomé la molestia de hacer una lista con las razones del “por qué” otros deben limpiar la casa, es decir, los empleados de alguna discoteca sabatina.
— El baño de la casa termina hecho una mugre. Claro que no molesta si has hecho la fiesta en la casa de tus padres.
—El baño termina hecho mugre. ¿Quién lo limpia si vives solo? Esa es la verdadera contradicción.
—No falta el que cree que está en una cantina y arroja la espuma de la cerveza al piso.
—No falta el que teniendo un cenicero, tira las cenizas al suelo.
—Al día siguiente hay pocos vasos, la mayoría están en el tacho de basura.
—Siempre quieren interferir con la música que pones.
—Empiezan los susurros ¿A qué hora sirven la comida?
—Toca la puerta la vecina. Uno la manda a la mierda. ¡Una vez al año no hace daño!
—Llegan invitados imprevistos…con tus amigos. Siempre son hombres sedientos.
—Las chicas llegan temprano y se van temprano. ¿?
—Pareces sargento de caballería de los años veinte ¡Cuidado con los muebles! ¡Para qué está el cenicero! ¡Acá hay un vaso para que botes la espuma! ¡Deja allí la música, está bien! ¡No jodas!
—La gente cree que quien hablas más fuerte es el que tiene la razón. La discusión se transforma en gritos peor que callejón.
—La gente se mete a la cocina porque quedó chico el plato de comida. ¡Invítame un vasito con agua! Pero salen masticando y tragando rápido.
—El baño es una laguna. Muchos no entienden que se orina dentro de la tasa.
—Se atora el baño por algún insensato que no conoce el significado del tacho de basura.
—Los rollos de papel se acaban en minutos.
— El lunes te repongo la maceta.
—El sofá es una perfecta cama para los caidos.
—No falta el que se quiera quedar hasta el aguadito o el ceviche. ¿Cómo le haces entender que ya acabó la fiesta así quede tres cervezas en la caja? ¡No, tampoco te las puedes llevar!
Y es que a veces me siento en aprietos para hacer alguna reunión en la casa o en otro lugar. Pero, definitivamente, que hacerlo en un local implica varios beneficios. Como ahorrarte la molestia de limpiar la casa y de estar ocupado toda la noche atendiendo a las visitas dejando de lado tu propia diversión. Recientemente asistí al cumpleaños de una amiga. Hubo una gran convocatoria porque iba a cumplir la edad de Cristo cuando murió en la cruz. Y creo que el martirio que sufrió “El Salvador”, le quedó chico porque en toda la noche ni se le vio a mi amiga, y si se le vio, fue en algún rincón limpiando el líquido que alguien tiró o el vaso que otro rompió o la botella de cerveza con todo su contenido. Y claro, algún regalito que alguien dejó en el baño, mezcla naranja con restos de pollito del ají de gallina en el borde de la tasa del water. Es decir, desastre total. Por eso me tomé la molestia de hacer una lista con las razones del “por qué” otros deben limpiar la casa, es decir, los empleados de alguna discoteca sabatina.
— El baño de la casa termina hecho una mugre. Claro que no molesta si has hecho la fiesta en la casa de tus padres.
—El baño termina hecho mugre. ¿Quién lo limpia si vives solo? Esa es la verdadera contradicción.
—No falta el que cree que está en una cantina y arroja la espuma de la cerveza al piso.
—No falta el que teniendo un cenicero, tira las cenizas al suelo.
—Al día siguiente hay pocos vasos, la mayoría están en el tacho de basura.
—Siempre quieren interferir con la música que pones.
—Empiezan los susurros ¿A qué hora sirven la comida?
—Toca la puerta la vecina. Uno la manda a la mierda. ¡Una vez al año no hace daño!
—Llegan invitados imprevistos…con tus amigos. Siempre son hombres sedientos.
—Las chicas llegan temprano y se van temprano. ¿?
—Pareces sargento de caballería de los años veinte ¡Cuidado con los muebles! ¡Para qué está el cenicero! ¡Acá hay un vaso para que botes la espuma! ¡Deja allí la música, está bien! ¡No jodas!
—La gente cree que quien hablas más fuerte es el que tiene la razón. La discusión se transforma en gritos peor que callejón.
—La gente se mete a la cocina porque quedó chico el plato de comida. ¡Invítame un vasito con agua! Pero salen masticando y tragando rápido.
—El baño es una laguna. Muchos no entienden que se orina dentro de la tasa.
—Se atora el baño por algún insensato que no conoce el significado del tacho de basura.
—Los rollos de papel se acaban en minutos.
— El lunes te repongo la maceta.
—El sofá es una perfecta cama para los caidos.
—No falta el que se quiera quedar hasta el aguadito o el ceviche. ¿Cómo le haces entender que ya acabó la fiesta así quede tres cervezas en la caja? ¡No, tampoco te las puedes llevar!
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